jueves, 20 de junio de 2013

Los trucos de la Srta. Tecla I

Buenos días a tod@s.

Hoy me apetece hablar de ciertos truquitos que he ido incorporando a las clases con el paso de los años y que me han servido mucho.

  • El cajoncito
Como soy una friki redomada, estaba yo un día leyendo el prefacio de L'art de toucher le clavecin de François Couperin, y entre las indicaciones del payo había una relativa al aprendizaje de tocar el clave para niños. Couperin propone colocar algo bajo los pies de los niños, para que no les cuelguen; ràpidamente me vino a la cabeza la de veces que he visto a los enanos enroscar de mala manera las piernecitas alrededor de las patas de la banqueta. Hablé con el Boss del País Multicolor, y al día siguiente me trajo 3 cajoncitos de madera encargados al carpintero parecidos a los que tenía el profesor de guitarra, pero un poco más anchos. El experimento ya tiene solera y puedo decir que da buenos resultados. Ni enroscan las piernas, ni le dan pataditas al piano, ni se empeñan en tocar los pedales de puntillas. Un éxito, vamos...

  • El lápiz
Desde el primer día, suelo explicar a los enanos todo lo de las manitas redondas, que si no estiren los dedos, que si como si tuviesen una pelotita...pero es pasar un mes, y cuando vuelven de estudiar en casa, estiran los dedos que da gusto. Un día se me encendió la bombilla y le puse a una enanita un lápiz justo en el "escaloncito" entre las teclas blancas y las negras. Le dije "el lápiz quema, no lo puedes tocar". Cosas de críos, no sé qué tuvo la frasecita que le hizo mucha gracia, y le pidió a su madre que le pusiese los lápices en casa (uno para cada mano). ¡Bingo! En cuestión de semanas la mano se colocaba bien. Tengo que advertir que sólo sirve para los primeros meses, cuando hacen cancioncitas de posición fija. En cuanto tienen que tocar teclas negras o cambiar las manos, el sistema no funciona, pero si empezaron con los lápices, cuando van avanzando ya tienen la posición corregida.

  • La batuta
Esta es una adquisición reciente, y la primera vez que la llevé a clase casi me parto de la risa. Hubo hasta un niño que la miró con  recelo y dijo "¡ni se te ocurra señalarme con eso y decir Avada Kedavra!" - menos mal que en mis tiempos mozos leí todos los Harry Potter de tirón-. Bromas aparte, este curso he descubierto que los niños de 4 a 6 años, en su mayoría, se pierden con mucha facilidad. Igual que leen pasando el dedito por la línea, necesitan algo parecido en la partitura. Yo les señalaba por dónde iban de vez en cuando, pero mi espalda empezaba a quejarse, y mucho. Total, que la batuta en principio, la llevé para eso. Pero resulta que también sirve para ponerla sobre las muñecas y que no tengan una más alta que otra, para señalar la otra mano y los dedos a los que no llego, para amenazar con sacarles un ojo...Venga, lo último no. Pero vamos, que es un filón y de momento le voy encontrando nuevas aplicaciones.

  • Pegatinitas
A esto ya le voy a llamar "el invento del siglo". La cuestión del marketing, para dar clase, es fundamental. Soy consciente de que en el cuerpo a cuerpo no hay problema; si tengo al enano delante, soy capaz de convencerle de que es divertidísimo tocar, estudiar, y hasta aprenderse la guía de teléfonos si hace falta -gracias papá, me acostumbré tanto a ponerte ojitos que ahora resulta que soy una experta y convenzo al más pintao-. Pero claro, que lleguen a casa y abran el libro o la partitura en cuestión y se pongan a practicar, es otra historia. ¡Pues lo conseguí! Cada estación preparo unas pegatinitas con unos troqueles monísimos que me compré por internet, y un papel autoadhesivo de los chinos para forrar muebles. Cada canción que leen completa en clase, tiene una pegatinita "de clase"; si además la repiten una vez al día en casa, tienen otra especial, doradita, con otra forma más chula; y si han reunido las dos en la misma semana (cancioncita en clase + practicar en casa) eligen una mega guay que ya no es de formitas, son otras más chulas que compro por ahí. Resulta que cuando ven a algún compañero en el cole, en solfeo o en las audiciones, empiezan a enseñarse orgullosísimos los premios y los "doraditos" que tiene cada uno. Ya sé que alguno pensará que si hay que motivarles por el aprendizaje en sí mismo, que si bla bla bla, pero acaban el curso tocando muuuuchas partituras, y con una facilidad de lectura considerable.

En fin, para una primera entrega de "trucos de la Srta. Tecla", ya está bien. Otro día os comentaré varios trucos más y algunos experimentos fallidos, que también los hay. Ya sé que no he inventado nada nuevo, que seguro que se os ocurren 100 cosas más y que no todo funciona igual con todos. Pero de eso se trata, de compartir, comentar, y aportar lo que se os ocurra.

¡Saludos varios !

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